Dentro de las peculiaridades del pintoresco pueblo de Yara, es preciso resaltar la amplia variedad de comidas y dulces propios de la cocina criolla del lugar, que de antaño conformaban las ofertas que enriquecían con un matiz especial los festejos de la zona, tanto la Fiesta de San José, como otras de carácter patronal y una infinidad de celebraciones populares de menor trascendencia.
Algunas de esas especialidades culinarias tienen su propia historia, como lo es el caso del Casabe, que según se conoce, nos llega como la forma de producción de alimento más avanzada de los aborígenes de esta comarca y se tiene como una de las hipótesis, que fue ésta actividad que condujo al surgimiento del nombre de Yara, cosa que de haber sido así, podríamos entonces decir que este es uno de los lugares de Cuba donde ese tipo de producción dejó una huella más profunda; sobre todo si tenemos en cuenta que durante muchos años, con posterioridad a la etapa colonial, siguió fabricándose con muy buena aceptación popular, principalmente acompañando al lechón asado en las cenas de noche buena y de año nuevo o como plato preferido de las recién paridas.
Entre las ofertas de alimentos propios de las fiestas yareras, siempre estuvieron presente: La empanadilla de maíz, la fritura de bacalao con café, la longaniza, la frita al estilo de Silveira y Chago, el lechón asado con casabe o pan, el tamal de maíz, el chilindrón, la yuca con mojo acompañada de chicharrón o carne frita de cerdo, y por demás, esa exquisita variedad de dulces y otras confituras, sin las cuales sería difícil imaginar una celebración.
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