Cine Cuba: un poco de historia

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cine cuba
Corría el año 1915 y el señor Antonio Pérez junto a su esposa Julia Maíllo decidió invertir todo su capital en un cine. Algo que para el poblado de Veguitas sería un acontecimiento único en su historia cultural.

La construcción era de madera con el piso del mismo material y techo de cinc. Contaba con dos galerías, un escenario y tenía capacidad para 300 espectadores. Las primeras películas eran narradas y se trabajaba con una pequeña planta eléctrica. Las carteleras se divulgaban en los corredores, tiendas y bares del poblado. La primera película  con voces que se proyectó fue la Pata del Gato, de origen norteamericano, con un éxito rotundo entre los pobladores que asistieron esa noche.

En el año 1950 fue reconstruido, ahora con ladrillos, techo de cinc y madera con dos baños interiores y piso de cemento.  La frecuencia de trasmisión aumentó desde dos a cuatro veces por semana. En 1953 cambia de dueños y es comprado por Mario Falla y Julio Alonso quienes deciden dejar como responsable a Julio Cesar Pérez, hijo del antiguo dueño, acción esta que facilitaba el funcionamiento normal del cine.

Luego del triunfo revolucionario deja de ser propiedad privada y recibe en los años posteriores diversas reparaciones para mejorar la calidad y comodidad de los cinéfilos: se instalan dos ventiladores, se pinta y cambia toda la carpintería utilizando madera y cristales para la taquilla y puerta principal. En esta etapa pierde capacidad  y queda con 214 lunetas, cifra esta suficiente para satisfacer las necesidades del pueblo.

Con los años cambian los antiguos equipos por los proyectores de origen  soviético KU-15 y comienza a proyectarse en tandas diurnas con el objetivo de crear en los niños y jóvenes sentimientos de amor por el séptimo arte.

El cine Cuba ha servido desde sus inicios como teatro, local de reuniones y sala de video. Sus puertas se han abierto para acoger a diversos artistas del ámbito local y nacional, entre ellos: Ángel García (Antolín el Pichón); Nelson Gudín (el Bacán); Alberto El ruiseñor, y el grupo de teatro Cascabel. Además constituye la principal opción cultural de este pueblo rural alejado de las principales ciudades  de la provincia.